Un comienzo discontinuo
Su llegada, el pasado mes de agosto, supuso la realización de un sueño, para él pero también para la afición rossoneri. La llegada de un talento purísimo, ya probado en el fútbol de los grandes, y con mucho margen de mejora todavía. El hecho de tenerlo “Estropeado” a los primos, inicialmente a la cabeza en la negociación con Brescia, fue una fuente extra de orgullo. Sandro Tonali es para los aficionados del Milán la garantia que por fin, después de tantos años, el club vuelve a ser competitivo, incluso en el mercado.
La llegada de Tonali a Milanello no es lo mas sencillo, el medio ambiente ya lo ama, pero su estado físico no le permite empezar fuerte enseguida, sobre todo tras el positivismo al Covid-19. La temporada del AC Milan comienza muy temprano, el 17 de septiembre un Dublín, en el primero de los tres partidos previstos para la clasificación de la próxima Europa League. Shamrock Rovers-Milán marca su debut con “Diavolo”, aunque juegue menos de 10′, ocupando el lugar de Bennacer, cuando el partido ya está decidido. El debut, un San Siro y en Liga, llega cuatro días después, en la primera jornada de la Serie A ante Bologna. Milan gana 2-0 y juega veinte minutos.
Al final de la temporada se recitará su puntuación personal 39 partidos totales en todas las competiciones, de los cuales 23 como propietario. Unas cuantas lesiones durante la temporada y esa continuidad que, como él mismo reconoció, se perdió en el momento de mayor necesidad. A partir de abril ya no juega un partido como titular, el último es el 21 de marzo en la victoria de Firenze, donde no brilla y se reemplaza después de una hora. En los últimos tres partidos, los decisivos, no pisa el césped. Esteban Pioli él prefiere la fisicalidad de Meite, y también pierde su plaza en el Europeo Sub 21 con la selección de Nicolás.
sandro 2.0

La nueva temporada de Sandro Tonali en el Milan comienza con una negociación interminable, que probablemente nunca ha estado en riesgo. El AC Milan intenta conseguir un descuento, los tiempos se alargan y los rumores del mercado empiezan a circular pero, al final, ninguno quiere seguir sin el otro. Esa camiseta con el número 8, que tanto orgullo lució la temporada pasada, seguirá estando sobre sus hombros. “Sin la voluntad de todos, este traspaso no hubiera sido posible” declaró el día de la firma, la que le vinculará al club rossoneri hasta 2026.
Ahora necesitamos esa continuidad que tanto se necesita, esa que tanto él como el Milán deben encontrar juntos, incluso en los momentos decisivos. La obligación de Stefano Pioli es darle más espacio que la temporada pasada, quizás aprovechando la rotación que impone la Champions League, aunque con dos como Kessie y Bennacer por adelantado no será fácil. El deber de Sandro, en cambio, es seguir dando lo mejor de sí mismo, di sumergirse en un sistema en el que demasiadas veces ha desafinado. El tiempo de aclimatación ya pasó, ahora necesitamos las respuestas, esperando haber dejado algunas lesiones de más. Sin embargo, Tonali siempre puede contar con una cosa, el cariño y el apoyo de la afición del Milán, porque al fin y al cabo es uno de ellos.
Un trato obediente
Un negocio que en Casa Milán no podían permitirse el lujo de hacer saltar por los aires, sobre todo después de la 10 millones de euro de préstamo invertido la temporada pasada. Tras una serie de negociaciones, el Milan pasa de los 35 millones de euros pactados el pasado verano, a la potencial 20 este año, que incluye la cesión de 10 millones del pasado verano más la tarjeta de Giacomo Olzer (valorado en 3 millones de euros y con derecho de recompra). Las cifras de la negociación prevén 6,9 millones de parte fija más 3 millones de bonificaciones. Dentro de la negociación, se debe registrar un nuevo descuento hecho por el presidente Massimo Violonchelo para asegurar que, en caso de que Tonali no alcance esos 3 millones de bonos, el costo total de la negociación ascendería a 16,9 millones y no 17 (un número nunca apreciado por el presidente de la golondrinas).
Pero eso no es todo, si no estaba claro para todos el deseo de Sandro Tonali por el Milán, el centrocampista italiano aceptó el reducción del compromiso (alrededor de medio millón) propuesto por el club. Un gesto que las partes de Casa Milan rara vez han visto, especialmente en este período, pero que nos permite comprender completamente la fibra moral de este niño. A su llegada al Milan Gennaro Gattuso, su ídolo, le había dicho que se quedara “antiguo” y lo hizo Sandro demostró ser antiguo en estilo, valores y apego a la camiseta, esa con la que soñaba de niño y por la que hizo todo, pero nunca en su estilo de juego. Que siempre debe estar actualizada, en constante evolución, porque los medios a su alcance están todos ahí. Ahora les toca a ambos, a él y al Milan, hacer que ese joven talento italiano explote para siempre.
Di Nicolo Serrenti