Si bien un equipo ganador descansa en un constante proceso de equilibrio, tanto técnico como mental, es inevitable que en todo equipo exista ese jugador, o esos jugadores, capaces de iluminar a sus compañeros y determinar los partidos. En un equipo no exento de talento absoluto como el Génova, este papel pertenece a Albert Gudmundsson. El club más antiguo de Italia, una historia gloriosa admirada cada vez más a lo largo de los años, el Génova es probablemente el lugar adecuado para recoger un talento especial caracterizado por un -Historia trivial Gudmundsson, carrera en mano, no es un futbolista con un currículum evidente, porque está ante un elemento que jugó y marcó en la primera división holandesa, donde la calidad es el principal faro que orienta las elecciones y análisis, además de haber acumulado muchas apariciones con la selección de Islandia y una aparición en la más prestigiosa de las competiciones, la Copa del Mundo (en 2018). Llegado a Italia procedente del AZ Alkmaar, donde dejó excelentes recuerdos, Gudmundsson ha demostrado que tiene las características y la personalidad adecuadas para poder dirigir un equipo diferente, la personificación de una entidad, el Genoa, con una tradición suficiente para funcionar como una visita de entradas. La incisividad de Albert Gudmundsson En su primera temporada a pleno rendimiento con los Griffin, tras las penurias colectivas de la segunda mitad del año pasado (la promoción del 97 llegó en la sesión del mercado de fichajes de invierno), Albert ha impuesto el lenguaje del talento como eso de hablar en las soluciones ofensivas del Génova, muchas veces basadas en la inspiración y las consecuentes elecciones del número 6. Gudmundsson es un jugador especial, de esos difíciles de codificar. Sabe patear, tiene una excelente técnica básica que aplica de manera precisa, limpia y eficaz. Los datos hasta el momento certifican el crecimiento: 5 goles, 48 asistencias, 80 ocasiones creadas y otras tantas regateando más del 1215% de pases acertados y XNUMX toques. Números que ayudan a divulgar su centralidad en el proyecto técnico de Gilardino, para un talento libre para manifestarse, como libre es la forma de estar en la cancha, casi sin cadenas tácticas. Gudmundsson puede comenzar de manera amplia o central, dirigir o clasificar, refinar o concluir. Sabe hacer todo bien, como un verdadero jugador de Génova.
Fuente del artículo y fotos: www.legab.it
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